Alimentos que pensamos que son buenos
Hay ciertos alimentos de los que pensamos que son buenos para nuestra salud, pero que realmente no lo son. A veces la publicidad intenta vendernos ese producto como algo saludable y otras veces es porque nos lo cuenta un amigo.
Cereales de desayuno.
Cuando recomendamos el consumo de cereales integrales muchas veces descubrimos que lo que realmente desayunan son copos de cereales. Esos cereales suelen elaborarse, con mucho azúcar o sustitutos del azúcar, aditivos y colorantes artificiales y con trigo refinado. El trigo refinado puede tener un índice glucémico más alto que el azúcar. Qué tal si los sustituimos por una porción pan integral o tostadas integrales. (Fíjate en el envase que el pan o tostadas, no lleve harina refinada).
Barritas de cereales o de proteínas.
Igual que en los cereales, leer el listado de ingredientes es crucial. Las barritas se venden generalmente como algo saludable y son muy populares entre las personas que buscan un tentempié fácil y rápido. Suben mucho la glucosa en sangre, dándonos más hambre. Un puñado de frutos secos crudos y una pieza fruta sería una buena alternativa.
Tés y zumos envasados.
Se podría pensar que por el simple hecho de tomar un té verde o un zumo ya hacemos algo bueno para nuestra salud. Si te lo preparas tú mismo y controlas los ingredientes así será el caso. Sino estas infusiones, tés o zumos preparados suelen contener mucho azúcar a parte de todos los correctores de acidez, colorantes, conservantes, etc. Si no contienen azúcar suelen contener muchos edulcorantes artificiales, que es casi peor.
Frutos secos.
Los frutos secos que más nos gustan suelen tener mucha cantidad de sal, aceites hidrogenados, azúcares, glutamato monosódico, etc. Intenta que sean frutos secos crudos sin tostar y con bajo contenido en sal.
Alimentos precocinados y/o congelados.
Los alimentos preparados y/o congelados por mucha verdura o muy poca grasa que contengan, siempre estarán repletos de conservantes, aditivos y una cantidad alta en sodio. En el caso de las verduras y frutas congeladas además habrán perdido gran cantidad de nutrientes. Preferencia alimentos frescos. Una ensaladita siempre es muy fácil de hacer o una parrilla de verduras frescas muy sencillo.
Productos bajos en grasa.
Estas margarinas, quesos, embutidos, y muchos otros alimentos normalmente son un indicador de productos químicamente procesados y con azúcares añadidos. Cuando se elimina la grasa, los fabricantes le añaden azúcar para mejorar el sabor, ya que la grasa es un transportador de aromas. Pero ese azúcar igual se convertirá en grasa una vez que entre en el torrente sanguíneo. Estos alimentos altamente procesados los lleva más lejos del estado natural con lo que será menos compatible con nuestro organismo. Las grasas naturales y no procesadas no harán engordarte, pero el azúcar si. Si quieres reducir grasa, come menos grasa. Reduce las raciones de los quesos, embutidos, etc que contienen mucha grasa, pero no los sustituyas por las versiones Light, porque tu cuerpo no se deja engañar.
No temas las grasas. El organismo necesita grasas sobre todo las saludables como las del aguacate, aceite de oliva virgen extra, frutos secos (no tostados), semillas, coco, salmón, etc.
Elige los productos en su estado mas natural posible. Un ejemplo: es mejor el aceite de oliva virgen extra que la mantequilla, es mejor la mantequilla que la margarina y es mejor la margarina “normal” que la margarina Light (o funcional, p.e. como las de omega 3 añadido, las que son para bajar el colesterol, etc).
*Para ver mejor la tabla de comparativa calca doble click encima del cuadro.
Productos con soja.
Muchas personas empiezan a tomar yogures o bebidas de soja pensando en mejorar su salud. Lamentablemente el 90% de la producción de soja es transgénica. No sólo contienen soya modificada genéticamente, sino que son altas en en fitoestrógenos, que propician la obesidad. Además, están sumamente elevadas en azúcar.
Esto puede manipular no solo nuestros genes sino los de generaciones posteriores. En experimentos con ratas se ha constatado que produce infertilidad en la segunda y tercera generación de la ingesta de alimentos transgénicos. Lo mismo pasa con el maíz.
Si tienes alergia a la lactosa, lánzate por los productos sin lactosa y si quieres adelgazar tu mejor opción productos desnatados.
Jugo de verduras.
Si está enlatado, debes saber que este tipo de productos son sometidos a diversos procesos químicos que eliminan el valor nutricional de los alimentos y para compensar, le agregan sodio. Este jugo contiene poco más de 1000 mg de sodio que puede ser perjudicial para la hipertensión.
Galletas digestive.
Las galletas digestive, por su nombre, la gente piensa que son “digestivas”, es decir, de dieta, pero nada de eso.
Ese sabor tan rico que tiene viene sobre todo del azúcar que le ponen, y de la mantequilla, por eso son tan suaves. Pero una galleta digestivo suele contener unas 70kcal… si nos comemos 4 para desayunar, 280kcal, para eso más valen 2 tostadas con tomate, que tendrán menos calorías y te llenarán más, sin hablar de que es mucho más sano.
Suplementos vitamínicos.
Es cierto que durante décadas se ha mantenido que incluir suplementos vitamínicos en la dieta era bueno para la salud en general. Pues bien, estudios recientes han constatado que los suplementos vitamínicos solo se deben tomar cuando es necesario y así lo prescribe el médico. Ya que puede producirse justo el efecto no deseado por un exceso de vitaminas.
Una dieta sana, variada y equilibrada es el mejor aporte vitamínico. El exceso de vitaminas, entre otros efectos, puede provocar la pérdida del control muscular.
EDULCORANTES
Los efectos del uso de edulcorante son de los peores que pueden existir para la salud. Por lo tanto, la recomendación es cambiar el edulcorante químico para alguno natural como por ejemplo la Estevia. Por otra parte, cuando se consume edulcorantes, se emiten señales falsas al cerebro que son la ingestión de azúcar.
Al darse cuenta del error, el cerebro responde aumentando el deseo de comer dulces. Los edulcorantes en realidad terminan recordando el dulce placer al cerebro y la perpetuación de ese deseo.
Entre los endulzantes más comunes de origen natural podemos encontrar: Azúcar integral de caña, Miel, Sirope de arce, Sirope de ágave, Melazas de cereales (arroz, cebada, trigo, maíz), Concentrado de manzana…
El principal problema de los azúcares simples es que pasan muy rápidamente al torrente sanguíneo, generando una repentina subida del nivel de azúcar en sangre peligrosa para nuestro organismo.
Sirope de agave.
Somos conscientes que es un producto que se suele encontrar en los herbolarios. Pero también se ha de decir que los propietarios de los herbolarios muchas veces compran lo que les piden sus clientes. Y sirope de agave se puso muy de moda. Este azúcar tan popular tiene un 70-80% de fructosa lo que es más de lo que se encuentra en el tan demonizado sirope de maíz. La fructosa si se toma en su forma natural en una fruta no es perjudicial. Pero en el sirope de agave encontramos una fructosa altamente refinada y muy condensada sin aportar algún nutriente.
Yogurt griego. La mayoría de los yogurts comerciales contienen jarabe de maíz de alta fructosa.
LAS BEBIDAS DEPORTIVAS.
Las bebidas deportivas tienen en su composición grandes cantidades de sodio y potasio, por lo que son adecuadas para los atletas después de más de una hora de intensa actividad aeróbica. Salvo en situaciones clínicas muy concretas, las bebidas deportivas no deben ser utilizadas por deportistas no frecuentes, para quienes el agua y una dieta diaria balanceada son suficientes para mantenerse saludable.
Hoy en día la gran mayoría de esas bebidas son endulzadas con edulcorantes u otros productos químicos.
SOPAS EN POLVO.
Las sopas son a menudo una opción de comida con menos calorías.
Contienen muchos conservantes. También contienen potenciadores de sabor, llamado Glutamato Monosódico y exceso de sodio: algunos llegando a más del doble de la cantidad recomendada para un día entero. El problema es que es fácil hacer que el consumo de estas sopas sea un hábito, y esto no es saludable. No tienen fibra, no tienen buenos nutrientes, además del exceso de sodio. Nada como las sopas caseras.
CHOCOLATES DIETÉTICOS.
Como todos los productos de la dieta, se les recomienda a personas que tienen diabetes. Esto significa que tiene menos azúcar, pero el problema es que ese tipo de chocolate además de contener edulcorantes químicos (que son de los mas tóxicos del mundo. No se debe consumir ese tipo de producto, sino dar preferencia a chocolate negro, o con 70% de cacao, endulzado por ejemplo con STEVIA. Cuanto más cacao, mejor.
Consejos para determinar si un alimento es sano o no
- En primer lugar, presta mucha atención a la cantidad de caloríaspor porción que tiene. Esto lo puedes leer en la etiqueta del paquete al momento de comprar. Para una dieta de 2 mil calorías diarias, debes consumir como máximo 65 gramos de grasa. Y debes repartir esas 2000 calorias en 5 comidas por lo menos, no comerlas de una sentada.
- Echa un vistazo al tipo de grasa que contiene el producto, evitando siempre las grasas trans y también las saturadas
- Evita el exceso de sodio (sal) y de colesterol en los alimentos. Esto quiere decir, las frituras o snacks no son saludables. Una cucharadita de sal por día es lo recomendable, aunque nadie lo cumple.
- Corrobora que los productos tengan vitaminas, fibras, hierro y calcio. Se consideran ricos en estos nutrientes lo que proporcionan el 20% al menos de los valores recomendados. No tienen por qué contar con todos estos juntos, pero si uno o dos de manera predominante.
- Lee bien si el alimento contiene azúcar añadido. Ten en cuenta que los que la tienen de manera no lo expresan en la etiqueta. Puede aparecer nombrada de diferentes maneras: jarabe de maíz de alto contenido de fructosa, dextrosa, maltosa, sacarosa, miel, jugo de fruta concentrada, jarabe de arce o fructosa.
- El orden en que aparecen los ingredientes en la etiqueta es en relación a su cantidad. El que primero leas en la lista será el más abundante, el segundo el que le sigue y así sucesivamente. Si entre los “primeros puestos del ranking” figuran la sal, la grasa o el azúcar, elige otro.
- Si estás en la idea de comprar productos orgánicos, aprende bien a leer las etiquetas y los envases, porque puede haber algunos engaños.
- En el caso de que consumas o compres comida preparada, presta atención a cómo se cocinan, es decir, el tipo de cocción.Trata de elegir lo asado o lo horneado y evita lo frito.
Recomendaciones adicionales
- No te dejes engañar por las etiquetas verdes o las que contienen imágenes de frutas, porque no quiere decir que sean saludables.
- Ten cuidado con la cantidad de alimentos transgénicos que se venden en los mercados. Si en la etiqueta todos los nombres de los ingredientes son imposibles de leer, es porque es un producto a base de químicos, colorantes, conservantes, etc.Lo mismo si tienen números o letras al lado de cada ingrediente.
- Presta atención a los menús infantiles porque no son muy sanos, están llenos de fritos, grasas y azúcares. Si vas a un restaurante, prefiere elegir de la carta media porción de cualquier plato antes que ordenar el “especial para niños”, sin dudas será más sano.
- Si tienes dudas acerca de un alimento o componente, es mejor que consultes con un experto en nutrición o bien, que desestimes comprarlo.
Por desgracia el desarrollo industrial masivo y las ganas desmedidas de vender por parte del fabricante, hace que existan productos nocivos para nuestra salud. Esto es una pequeña lista de productos que podemos ver en el mercado. Espero que podáis detectarlos y hacer vuestra vida más saludable.
Lidia Bastian